«…En el fondo me gusta lo sucio…»
relato de Teodoro Ndomo
La imagino embarrada. Con un barro sucio, un barro líquido.
Ese que se te mete en las entrañas. Ese que te sacude el interior para despertar.
Y luego la limpio. La limpio con una manguera con sabor a verano.
Me preocupo en recorrer cada espacio en el que lo sucio se haya metido.
Me procuro despilfarrar cada manguerazo. La quiero limpiar. La ensucio para limpiarla.
Y cuando haya visto que el barro termine de cortejar sus abisales curvas y su turgente escote, iré al rescate con mi verbo en lengua.
Fiscalizaré cada valle en busca del barro. En el fondo me gusta lo sucio…
En la vorágine de barro y agua me imagino su reacción. La imagino ensoñada mientras mi lengua la recorre.
La imagino lasciva mirando mi cuerpo para enjaularme.
Y me enjaula.
Hace tiempo que me enjaula. Me atrapa y me enreda. Me enreda y me dejo.
Me derrota, me derriba y me derrite.
No aguanto y sabe cómo ensuciar mi monte.
No aguanto y le pido que me penetre con lo primero que encuentre. Me conocen sus dedos. Saben en qué parada quedar.
Siempre llegan a destino.