«…– Gracias Andrew. Tú sí que sabes mis necesidades …»
por TEODORO NDOMO
– ¡Lo de hoy ha sido indescriptible, Andrew!. Un día horrendo del que quiero olvidarme cuanto antes. Prepárame un té, por favor.
– Por supuesto, Milady. Me he tomado la libertad de preparar té y pastas en cuanto la he visto entrar al salón.
– ¡Gracias Andrew, pero no tienes la menor idea de cómo me siento!. Ha sido una tragedia desde el alba.
– No lo dudo Milady. Pero ya está en casa. Cálmese, recuéstese en el sillón y enseguida le termino de preparar un tentempié.
– ¡Por favor Andrew! ¡Insisto que no tienes la menor idea de lo que cuesta mantenerse firme en esa clase de reuniones! ¡No trates de ser paternalista conmigo!
– Nada más lejos de la realidad Milady. No trataba de ofenderla pensando siquiera que está abatida ante una nimiedad.
– ¡Calla por favor! ¡No trates de disimular tu falsa indolencia! Alcánzame ese cojín y colócalo bajo mi cuello.
Andrew recogió el cojín, se desabrochó el pantalón y sacó su desarrollada verga en actitud sumisa.
– Aquí tiene Milady. Su tentempié.
– Gracias Andrew. Tú sí que entiendes mis necesidades.