MICRO SENSUALES, MACRO OFERENTES II

Que no te intimiden los párrafos extensos. En elsexoconletraentra.com, puedes mostrar tus ideas cazadas al aire. Cuando no quieres que sean etéreas recuerda que tienes en esta página un espacio para guardar esas estrellas fugaces que hicieron brillar tu mente.

Envía tus latigazos de sensualidad o perversidad. ÚSAME info@elsexoconletraentra.com // elsexoconletraentra.com

A QUIEN CORRESPONDA

por EL AROMA DE LA SENSACIÓN

Así, lo que fantaseaste en mí hacía tí, fue cubierto. Y creaste. Y te re-create y usaste, manipulaste, me hiciste instrumento, todo partió de ti, todo lo que ocurrió en tu momento de placer fué tuyo, fué intenso, y desapareció… Te doy permiso para que lo vuelvas a hacer. Te doy permiso para que no te avergüences en tu intimidad que es tuya, que nadie sabe que existe y que tanto placer te da. Aunque se, que te da un sabor diferente cuando te doy permiso.

INSTRUMENTO

por EL AROMA DE LA SENSACIÓN

Lo que necesito está en el abrazar, en el sentir. Lo que necesito está en mirar tus ojos limpios, mientras miras mis ojos limpios. Lo que necesito está en la manifestación de tu fantasía de placer y en adentrarme a tu fantasía para así ser un instrumento a tu servicio. Lo que necesito es otorgarte placer que sientas… una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez aquello que tus sensaciones demandan ser cubiertas. Lo que necesito es convertirme para ti en un instrumento, instrumento para todas, absolutamente todas tus fantasías de placer.

MÁS

por PEDRO M. GONZÁLEZ CÁNOVAS

Empuje su puerta y cedió fácilmente. La televisión estaba encendida y no había ninguna otra luz en la habitación, pero ella era como una estrella que emanaba su propia luz.

Se revolvía boca a arriba en la cama sin parar: era preciosa. No me importo que tuviera 30 años más que yo, hay momentos en que todos somos iguales. Nunca sentí tanta atracción. Cuando me vio, tras una pausa de una milésima de segundo, y continuó con más fuerza si cabe mientras anclaba la mirada en mis ojos, casi enloquecí. Me acerqué, la besé todo lo que quise y morí de placer dentro y fuera de ella tantas veces como el cuerpo me permitió, antes de caer rendido una y otra vez.

Hoy llevamos dos días encerrados aquÍ. Ayer llamó a mi madre y le dijo que me habÍa ido, pero que no se preocupara: mañana tengo que asistir a clase. No ha parado de contarme fantásticas historias y he decidido tomar papel y lápiz e intentar escribirlas para recordarlo todo. En esta casa no hay escritorio ni nada que se le parezca; aunque, en realidad, solo consigo intimidad para escribir en el cuarto de baño y por eso utilizo el papel higiénico.

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